Por: Nelly Gómez |
Soy una venezolana casada, con un hijo de 10 años y un matrimonio feliz,
que espero no se acabe por este artículo.
Mi esposo tiene un buen empleo y yo
manejo mi propia empresa de servicios. No me quejo porque siempre me ha ido
bien. En este país hemos crecido y juntos logramos mudarnos a Piedra Azul, a un
apartamento que todavía estamos pagando. No puedo decir que soy rica pero
tampoco soy pobre. Estamos en esa clase media que lucha y trabaja por su país. Fuimos
al cierre de campaña del domingo con Capriles y lo apoyamos porque creemos que
hace falta un cambio. Me lleve a mi perrita y también le puse su gorrita con la
bandera. Mi vecina dice que Capriles es inteligente y lindo, un colirio para
los ojos. Mi esposo dice que ese es el hombre que necesita el país. Mi mamá
dice que es un oligarca y mi papa piensa que es un fascista. Pero yo creía que
Capriles era un tipo joven, con el liderazgo que necesita la oposición para
unirnos y acabar con estos 15 años de desidia. Me pareció bien que declarara el
fraude porque pasaron cosas raras en varios centros electorales. Y fui la
primera en sacar mi olla para cacerolear. Pero además de las cacerolas escuché
mucho odio cerca de mi casa. Gente que maldecía a los chavistas y que pedían la
muerte para Tibisay Lucena. Luego comencé a ver VTV desde mi celular, porque mi
esposo no me deja ver otra cosa que no sea Globovision Entonces me enteré que había un muerto en La
Limonera. Que habían quemado unas casas del Psuv. Que el metrobus suspendió el
servicio en toda Caracas porque los atacaban. Que hubo policías gravemente heridos
en Barinas. Mi amiga Lucy me llamó porque no pudo bajar al aeropuerto, ayer se
iba a Curazao para aprovechar el fin de semana del 19 de abril. Habían cerrado
la autopista del este. Y eso que le había encargado unos perfumes. María Luisa
también me llamó asustada y me dijo que seguro que venía un golpe y que no pudo
salir todo el día de su casa en Barquisimeto porque estaban protestando en la
sede del CNE. Me llegaban mensajes por el PIN de gente pidiendo que saliéramos
a la calle contra el fraude. Luego vi que unos motorizados del chavismo fueron
a rescatar a VTV donde estaban un grupo de personas denunciando las
irregularidades en la elección. Luego veo que las fotos que me habían mandado
por el Facebook donde el CNE quemaba unas cajas, eran del año pasado. Me hizo
sentir como una idiota porque lo compartí en mi perfil y resulta que era
mentira, igual que cuando Capriles dijo que Maduro llamó mongólicos a unos
niños. En esa oportunidad también lo compartí y también era mentira. Sin embargo yo voté por Capriles porque le
perdoné esa metida de pata, así como le perdoné que dijera “acto mollejero” en
mi amado Zulia, en lugar de acto mollejúo.
No importa Capriles igual yo voté por ti porque creí en el cambio y en
la conciliación que necesitamos como país. Pero después de verte desconociendo
al CNE, que fue el mismo CNE con el que fuiste electo gobernador de nuestro
estado el año pasado. Cuando veo que tu llamado a la calle contra el fraude,
acaba con la vida de seres humanos, que sean rojos o azules o amarillos, son
SERES HUMANOS!. Que se haya desatado en cuestión de horas una situación de
incertidumbre que hasta me llevó a hacer una reserva de pasaje por internet
para salir corriendo de este país. Que se hayan cerrado calles y autopistas.
Que intentaran quemar CDI con gente adentro y con médicos cubanos, que también
son SERES HUMANOS. Entonces dónde está la conciliación Capriles? Dónde está el
futuro y el progreso? Cómo le digo a mi hijo que hoy no lo lleve al colegio
porque votamos por un candidato que llama a la violencia? Con qué cara le explico
a mi hijo que yo voté por su futuro, por un candidato que es responsable de
muerte y destrucción? Me equivoqué contigo Capriles, quizás tampoco hubiese votado
por Maduro, pero entre los dos, me quedo con un autobusero que al menos llama a
la paz y que respeta la vida. Devuélveme mi voto Capriles.
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