El holocausto de los libios

Bani Walid y Sirte están bajo asedio de la OTAN. Los rebeldes exhiben sus fanfarronadas de guerra, de las que tanto alarde hacen. No se necesita ser muy inteligente para darse cuenta que es la OTAN la que hace la guerra. Aún con el caudal de sangre y destrucción que ya han provocado sobre el pueblo libio. Hoy han reiniciado los bombardeos sobre las dos poblaciones que aún no se han rendido. Este asedio militar y destrucción que están provocando sobre las ciudades de las tribus más grandes de Libia, más que victoria militar, es el signo del ocaso de un imperio hambriento y troglodita. Imperio que por cada millón de barriles de petróleo que se roba, deja mil libios muertos y sus ciudades destruidas.

Ojalá, en algún momento el movimiento de masas, de tribus unidas comience a desatarse y resquebraje la ofensiva imperial y hagan convertir este holocausto de un pueblo que fue progresista y con muchas formas de alta calidad de vida, en el odio universal más profundo, que humano alguno pueda sentir contra el imperialismo que sin justificación, sin moral alguna decidió destruir un país, destrozar un gobierno legítimo, robarle sus recursos financieros y naturales y provocar un caudal de sangre frente al espanto de un mundo que mira el holocausto de un pueblo, sin poder hacer nada para evitarlo.

Ya se publicó recientemente, información sobre las matanzas que realizan los rebeldes democráticos contra población negra, civil. Ver: The Associated Press y el artículo publicado por aporrea de Investig´Action.

La arrogancia imperial cabalga sobre los pueblos que poseen recursos naturales y débiles estructuras sociales, ideológicas y militares. Si alguna vez dijo Raúl Castro que la mejor manera de ganar una guerra es evitándola. Esta afirmación es bien compleja y nace de una historia de más de medio siglo de enfrentamiento constante al imperialismo. Sin embargo, renueva la preocupación sobre la situación en que se encuentran los países que han avanzado en la defensa de sus recursos naturales y humanos. Y vuelve a actualizar la reflexión sobre cómo se halla la relación entre pueblo, partido y gobierno. El papel de las milicias y del ejército. De la estrategia y la táctica. La unidad y la moral de los pueblos para defender los logros revolucionarios. Y muchas cosas más que tienen que ver con la independencia y la dignidad de los pueblos. Que son cosas que no se deben manejar en la Organización de las Naciones Unidas. Porque este organismo lleva una lógica que no tiene nada que ver con los intereses de los condenados de la tierra.