Amparados por la falta de respuesta a los problemas que afectan a las
comunidades por parte de las alcaldías, gobernaciones, institutos
autónomos y Ejecutivo nacional, se está constituyendo en un hábito el
cierre de calles, carreteras y autopistas, creando un serio problema
para los que tienen la necesidad de transitar por la vía objeto de la
manifestación.
El juego parece trancado como el dominó; las autoridades no cumplen
con los vecinos, los vecinos trancan la calle, las autoridades acuden al
sitio y acuerdan crear unas mesas de trabajo, luego las autoridades
incumplen los acuerdos y nuevamente los vecinos trancan la vía,
convirtiendo esta situación en un círculo vicioso.
El problema puede ocurrir en cualquier parte en una calle dentro de la
ciudad o en la autopista, lo que crea muchos problemas para los choferes
desprevenidos que ven que su día se convierte en un infierno sin que
haya respuesta y desconocen hasta las leyes que los amparan y qué pueden
hacer en esa situación.
¿Cómo se puede detener esta situación?, ¿qué se puede hacer?, no
pretendo desconocer los derechos de los afectados, sino que todas las
partes se vean beneficiadas y no unos en detrimento de otros.
Recientemente, en un cierre de la carretera Charallave-Cúa, pude
observar cómo los transportes de escolares se vieron imposibilitados
para buscar a los niños a los colegios, personas que perdieron la cita
en el médico, las clases en los colegios, liceos y universidades, el día
de trabajo, el traslado de materiales y alimentos, así como el retorno
de los vecinos a sus hogares, ya que la tranca se extendió hasta las 10
de la noche.
Es necesario que las autoridades y las comunidades busquen una
fórmula que evite este tipo de actividades que afectan a toda la
población.
José Saturnino González
Trabajador comunitario
No hay comentarios:
Publicar un comentario