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martes, 17 de mayo de 2011

lucha Antiimperialista


lucha Antiimperialista

La lucha por la consolidación de la Democracia Bolivariana es inseparable de la lucha antiimperialista y por la construcción del socialismo. Ninguna de estas luchas puede librarse independientemente de las otras. Son aspectos de un solo combate. En esta etapa la lucha antiimperialista debe concentrarse en avanzar en la construcción de un bloque de países socialistas; en levantar el socialismo como alternativa integral frente la decadencia del capitalismo; en propugnar la construcción de un mundo pluripolar; en unir los sectores, organizaciones, movimientos sociales y los partidos antiimperialistas; en promover y fortalecer diversas iniciativas para la construcción de una nueva arquitectura de alianzas internacionales tales como la ALBA, la Comunidad de países nuestro americanos y caribeños, UNASUR, PETROSUR, MERCOSUR, ASA, entre otros, que permitan aislar y debilitar al imperialismo como enemigo principal.
La construcción de esta nueva arquitectura debe acompañarse de la formación de una conciencia política, prácticas y valores socialistas para la defensa de la Patria y los pueblos hermanos, dándole un contenido emancipatorio a los procesos políticos nacionales, regionales y globales, por lo que es necesario trabajar intensamente en la construcción, unificación y consolidación de movimientos sociales, políticas, culturales, económicas y tecnológicas liberadoras, que trabajen por garantizar el control comunal, popular, nacional, con sentido revolucionario de todas las riquezas, especialmente las energéticas, hídricas, la biodiversidad de nuestros países, así como promover la independencia científica y tecnológica en todas las esferas.
De igual manera es necesario promover la soberanía cultural mediante el rescate de la memoria histórica colectiva, integrando el carácter pluricultural y multiétnico de la nación y lo comunicacional y cultural con los pueblos hermanos. En tal sentido hay que desarrollar redes y servicios de Tecnologías de Información y Comunicación que sirvan de soporte para adelantar programas de unidad e integración complementaria de culturas, valores, economías, sistemas tecnológicos y financieros de Nuestra América, que propugnen la unidad, el fortalecimiento de nuestros pueblos y gobiernos, en los ámbitos nacional, binacional, multilateral, regional, continental y global, de manera que permitan enfrentar como un solo pueblo y una sola fuerza al imperialismo. Desde esta perspectiva, convocar la Quinta Internacional es un objetivo de gran importancia que permitiría articular, coordinar y unir esfuerzos en la lucha contra el imperialismo, en un contexto internacional que abra perspectivas a las luchas revolucionarias de los pueblos del mundo.
En particular en nuestra América, encabezados por la Revolución Bolivariana, se ha logrado un importante reagrupamiento de fuerzas, una de cuyas expresiones es la ALBA, bloque que, con sus diversos matices internos, apunta a la consolidación de la unidad y la integración como premisa de la construcción del socialismo, desafiando abiertamente la hegemonía de EE.UU. En poco más de una década la región se deslizó drásticamente desde gobiernos serviles y entregados al imperialismo a través del neoliberalismo del Consenso de Washington, hasta gobiernos de orientación progresista y socialista que han derrotado dicho Consenso, confrontado radicalmente el neoliberalismo y sepultado el ALCA. La conciencia sobre la necesidad histórica de la unidad, la integración y la solidaridad, así como la necesidad de una economía complementaria, ha despertado en la región un proceso que reivindica el pensamiento de los héroes y heroínas que forjaron nuestras identidades como naciones, a 200 años del inicio de los procesos emancipadores en el continente, y plantea culminar la obra de la independencia truncada por el dominio imperialista.
El imperialismo capitalista está afectado por una grave crisis sistémica. Su legitimidad política está erosionada y el paradigma neoliberal está seriamente cuestionado, pero esto no significa su derrumbe inmediato. EE.UU. mantiene una intrincada red de relaciones 
bajo su control, ejerce el dominio militar y tecnológico global y la utilización del dólar como moneda de compensación y de pagos del sistema económico internacional, otorgándole grandes ventajas que hace que la pérdida de su hegemonía sea un proceso mucho más complejo de lo que algunos piensan. En otras palabras, la crisis por sí misma no va a destruir el imperialismo, se requiere de un contendor político capaz de disputarle la hegemonía y es donde la Revolución Bolivariana juega un papel fundamental.
En términos concretos, en la región vivimos una contraofensiva imperialista: golpe de estado en Honduras, expansión de las bases militares en Colombia, guerra mediática global contra Venezuela, medidas que anuncian la profundización de la lucha de clases en la región. Para que la crisis del capitalismo tenga una salida revolucionaria se requiere levantar una alternativa integral al sistema capitalista: una salida revolucionaria y socialista.




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