En estos días de descanso vacacional de nuestras responsabilidades académicas, he seguido con detenimiento muy especial, las informaciones generadas por la situación de los Estudiantes Chilenos y la ofensiva terrorista de la OTAN y sus mercenarios contra el pueblo de Libia. En primer lugar, me llama la atención como es silenciada por las grandes corporaciones mediáticas la lucha desarrollada por los muchachos de Chile, frente a las pretensiones de la derecha de ese país de continuar privatizando la educación del pueblo de Allende. Como es sabido, el sistema educativo chileno fue diseñado durante la dictadura militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990, principalmente a partir de los años 80. La administración de la educación pública primaria y secundaria, originalmente en manos del Ministerio de Educación, fue traspasada paulatinamente a las municipalidades de todo el país a partir de 1981, la educación privada creció recibiendo en muchos casos financiamiento estatal. En el caso de la educación universitaria, se liberalizó el sistema para fundar universidades privadas, mientras la Universidad de Chile fue desmembrada para dar origen a universidades de carácter regional. Esto generó dos tipos de universidades: las llamadas «universidades tradicionales», correspondiente a las universidades estadales y aquellas particulares sin fines de lucro instauradas previo a 1981, y las restantes «universidades privadas». Si bien la ley estipuló que las nuevas universidades privadas debían ser sin fines de lucro, muchos grupos han afirmado que la legislación no se ha cumplido a cabalidad, utilizando diversas figuras jurídicas que permiten la obtención de remuneración empresarial.
Entendemos entonces porque es tan fácil para la derecha y sus medios decir que Chile es un país desarrollado, claro siguen al pie de la letra las ordenes de los organismos multilaterales, El gasto público en educación es ínfimo en comparación con otros países. Desde junio los estudiantes de ese país comenzaron una lucha para lograr revertir el modelo educativo privado que rige al pueblo de Salvador Allende. El sistema de créditos educativos no es otra cosa que, un préstamo hecho al estudiante para que luego de culminada su carrera le pague al Estado con intereses el mismo. Ésa es apenas la punta del iceberg, pero comprende el inicio de un conjunto de iniciativas tendentes a mejorar las condiciones de los estudiantes de esa hermana nación. Es decir, es un planteamiento político y reivindicativo, que causa escozor a la derecha pinochetista que gobierna, y a la caricatura de socialismo que gobernó Chile desde la llegada de la democracia, contradictoriamente complaciente con las leyes elaboradas por la dictadura.
Ah, pero la cobertura mediática ha sido prácticamente nula, sólo hablan de los saqueos -que probablemente haya sido planificados por el mismo gobierno- para justificar la terrible y dura represión que están sufriendo los estudiantes y trabajadores chilenos frente a los Carabineros. Esa propuesta de cambio sí es una propuesta seria, no como las mamarrachadas que hacen los hijos de mamá en Venezuela, con las manitas pintadas de blanco, con el gritico ridículo de “eeeeestudiantesssss”. Estas bobadas que plantean los estudiantes de derecha tan bien cubiertas por los medios de comunicación (también de derecha) las pasan a cada rato en noticieros dentro y fuera del país, en periódicos, en internet, aún cuando son vulgares pantomimas. Pero ésa es la idea, vender ante el mundo que en este país se atropella a los estudiantes y se violan los derechos humanos. Ahora, si los medios se interesan tanto por los estudiantes ¿por qué no transmiten a cada rato la información generada por los estudiantes chilenos? Ésa sí es una lucha por transformaciones reales y reivindicaciones para el pueblo, no es para que exoneren a personas vinculadas a diferentes delitos o para difamar a un gobierno con la intención de tumbarlo. Es fácil mantener la propaganda de la apariencia de un país desarrollado, mientras la brecha entre ricos y pobres es cada día mayor.
De hecho conozco muchos chilenos que dan fe que en Santiago los servicios públicos y los alimentos son costosísimos, en comparación con nuestro país, pero la farsa mediática pretende poner el modelo chileno como ejemplo, claro, ejemplo de capitalismo depredador donde el ser humano está en lugar secundario o terciario. Ése es el modelo por el que luchan en los medios de comunicación, los servidores de la derecha venezolana e internacional, donde no se gaste tanto dinero en educación, en hospitales, en carreteras, en puentes, en fábricas, en pensiones, en bienestar para la gente. No, lo de ellos es privatización, entreguismo, leyes a la medida de los extranjeros. Por eso no cubren la lucha de los estudiantes chilenos, mucho menos las amenazas a Camila Vallejo, dirigente universitaria (a quien la Fiscalía hubo de proveerle de protección para resguardar su vida).
La lucha de los estudiantes chilenos apenas comienza, su planteamiento es una luz al final del túnel en ese país, sólo falta que las televisoras del país austral pasen comiquitas y telenovelas para parecerse a los medios venezolanos. Ya Allende lo predijo en 1973, “Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos…/…Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. []
Entendemos entonces porque es tan fácil para la derecha y sus medios decir que Chile es un país desarrollado, claro siguen al pie de la letra las ordenes de los organismos multilaterales, El gasto público en educación es ínfimo en comparación con otros países. Desde junio los estudiantes de ese país comenzaron una lucha para lograr revertir el modelo educativo privado que rige al pueblo de Salvador Allende. El sistema de créditos educativos no es otra cosa que, un préstamo hecho al estudiante para que luego de culminada su carrera le pague al Estado con intereses el mismo. Ésa es apenas la punta del iceberg, pero comprende el inicio de un conjunto de iniciativas tendentes a mejorar las condiciones de los estudiantes de esa hermana nación. Es decir, es un planteamiento político y reivindicativo, que causa escozor a la derecha pinochetista que gobierna, y a la caricatura de socialismo que gobernó Chile desde la llegada de la democracia, contradictoriamente complaciente con las leyes elaboradas por la dictadura.
Ah, pero la cobertura mediática ha sido prácticamente nula, sólo hablan de los saqueos -que probablemente haya sido planificados por el mismo gobierno- para justificar la terrible y dura represión que están sufriendo los estudiantes y trabajadores chilenos frente a los Carabineros. Esa propuesta de cambio sí es una propuesta seria, no como las mamarrachadas que hacen los hijos de mamá en Venezuela, con las manitas pintadas de blanco, con el gritico ridículo de “eeeeestudiantesssss”. Estas bobadas que plantean los estudiantes de derecha tan bien cubiertas por los medios de comunicación (también de derecha) las pasan a cada rato en noticieros dentro y fuera del país, en periódicos, en internet, aún cuando son vulgares pantomimas. Pero ésa es la idea, vender ante el mundo que en este país se atropella a los estudiantes y se violan los derechos humanos. Ahora, si los medios se interesan tanto por los estudiantes ¿por qué no transmiten a cada rato la información generada por los estudiantes chilenos? Ésa sí es una lucha por transformaciones reales y reivindicaciones para el pueblo, no es para que exoneren a personas vinculadas a diferentes delitos o para difamar a un gobierno con la intención de tumbarlo. Es fácil mantener la propaganda de la apariencia de un país desarrollado, mientras la brecha entre ricos y pobres es cada día mayor.
De hecho conozco muchos chilenos que dan fe que en Santiago los servicios públicos y los alimentos son costosísimos, en comparación con nuestro país, pero la farsa mediática pretende poner el modelo chileno como ejemplo, claro, ejemplo de capitalismo depredador donde el ser humano está en lugar secundario o terciario. Ése es el modelo por el que luchan en los medios de comunicación, los servidores de la derecha venezolana e internacional, donde no se gaste tanto dinero en educación, en hospitales, en carreteras, en puentes, en fábricas, en pensiones, en bienestar para la gente. No, lo de ellos es privatización, entreguismo, leyes a la medida de los extranjeros. Por eso no cubren la lucha de los estudiantes chilenos, mucho menos las amenazas a Camila Vallejo, dirigente universitaria (a quien la Fiscalía hubo de proveerle de protección para resguardar su vida).
La lucha de los estudiantes chilenos apenas comienza, su planteamiento es una luz al final del túnel en ese país, sólo falta que las televisoras del país austral pasen comiquitas y telenovelas para parecerse a los medios venezolanos. Ya Allende lo predijo en 1973, “Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos…/…Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. []
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